¿Recuerdas el escándalo por las encuestas en las elecciones de 2017? Informe revela causas de fallas en los pronósticos
La Asociación Mundial de Investigaciones de la Opinión Pública (Wapor) creó un comité especial para investigar el caso.
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Fue motivo de una enorme polémica en la época. Las encuestas normalmente tienen un margen de error, pero en aquella ocasión, la desviación fue demasiado amplia.
Los estudios realizados por las empresas especializadas antes de la primera vuelta de las elecciones presidenciales en Chile, en noviembre de 2017, estuvieron muy lejos de la realidad reflejada después en las urnas. El porcentaje de apoyo para el entonces candidato y ahora presidente, Sebastián Piñera, fue ampliamente sobreestimado por los sondeos. En cambio, su rival del Frente Amplio, Beatriz Sánchez, aparecía en un distante tercer lugar en los escrutinios, muy lejos del respaldo que finalmente obtuvo en la votación.
El tema es especialmente relevante, ya que existen estudios que sugieren que los resultados de las encuestas pueden influir en la decisión de los votantes el día de la elección.
La controversia fue tan relevante que algunos miembros regionales de la Asociación Mundial de Investigaciones de la Opinión Pública (Wapor, su sigla en inglés) pidieron al organismo que creara un comité especial para investigar sus causas.
En la conclusión de su reporte, la asociación destacó que la prohibición de publicar resultados de sondeos 15 días antes de la votación puede contribuir a resultados imprecisos e impide a los ciudadanos acceder a información necesaria.
Sin embargo, la investigación sugiere que el sorpresivo resultado no puede atribuirse a un cambio en las preferencias de los votantes en las dos semanas anteriores a la elección, ya que una de las empresas, Cadem, recogió datos durante toda la campaña, incluyendo el período de silencio, y “hubo estabilidad en las preferencias por los candidatos durante ese período”.
Votantes probables
¿Entonces qué fue lo que ocurrió? Para Wapor, la falla estuvo relacionada con los cambios introducidos en la ley electoral y su efecto sobre los modelos de votantes probables usados por las encuestadoras.
En las elecciones de 2013 se implementó por primera vez la inscripción automática y la votación voluntaria. Incluso antes de ese año, la participación como porcentaje de los registrados venía cayendo. Esto obligó al desarrollo de modelos de votantes probables, complicando la tarea de las encuestadoras.
“Algunas elecciones –debido a los temas o los candidatos involucrados- tienden a atraer nuevos votantes, y es deber de todos los encuestados examinar formas de ajustar sus modelos para producir mejores estimaciones en estas situaciones”.
La asociación subraya que estos modelos deben ser suficientemente sofisticados y flexibles como para tener en cuenta no solo a los votantes regulares, sino también al votante ocasional que participará en una elección pero no en otras.
Al cerrar su reporte, Wapor recomienda algunas medidas en particular para mejorar esta situación. En ese sentido aconseja a las encuestadoras siempre publicar tanto las estimaciones de sus muestras totales como de sus modelos de votantes probables, “incluyendo más información sobre cómo se registran los modelos de votantes probables”.
Por último, el organismo recomienda que el período para la prohibición de difundir encuestas sea acortado o definitivamente eliminado, ya que esto mejora el acceso de los ciudadanos a la información y da iguales condiciones a cada uno.